Es grilla pero en chiste "Un día sin reír es un día perdido" Charlie Chaplin
🌵💼 El político y su cactus asesor
Un diputado muy importante, de esos que hablan mucho pero dicen poco, decidió un día que necesitaba renovar su equipo de confianza. Según él, los asesores que tenía ya no eran lo suficientemente obedientes, porque uno le había corregido una coma… ¡y eso era traición al partido!
Entonces, como toda mente brillante con poco contacto con la realidad, tomó una decisión audaz: contratar un cactus como nuevo asesor personal.
—¿Un cactus? —preguntó el jefe de gabinete, confundido.
—¡Claro! No habla, no contradice, no filtra nada a la prensa y encima… ¡nunca se duerme en las reuniones! —respondió orgulloso el diputado, mientras lo colocaba en una maceta de mármol con su nombre grabado: “Lic. Cactus Rodríguez”.
Desde ese día, el cactus asistió a todas las reuniones estratégicas. Cada vez que el diputado decía algo brillante (según él), se giraba al cactus, lo miraba fijamente y decía:
—¿Verdad que sí, Rodríguez?
Y por supuesto, el cactus, con su eterna inmovilidad y su aire de indiferencia vegetal, no decía ni pío, lo que el diputado interpretaba como “apoyo incondicional”.
📢 La rueda de prensa inolvidable
Un día, en una rueda de prensa, un periodista le preguntó:
—Diputado, ¿cómo justifica el gasto de 200 mil pesos mensuales en asesores si uno de ellos es… bueno… un cactus?
El político respondió indignado:
—¡Rodríguez no es cualquier cactus! Tiene espinas firmes, raíces profundas y jamás me ha interrumpido. Es justo lo que este país necesita: ¡funcionarios que escuchen y no anden de chismosos!
La prensa no supo si reír o llorar.
Desde entonces, el cactus ha sido visto en el Congreso con corbata tricolor, gafete oficial y una pequeña libreta donde, según el diputado, “toma apuntes con la mente”.
Y así es como en este país, un cactus tiene más credibilidad que muchos políticos... y además, necesita menos viáticos.
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