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La Tortuga Apresurada y el Semáforo Rebelde

 


🐢 La Tortuga Apresurada y el Semáforo Rebelde

(Fábula de carcajadas con moraleja inútil)

 

Había una vez, en un cruce muy transitado del reino de los animales, una tortuga que decidió que ya estaba harta de ser lenta. Había leído en una caja de cereal que "la velocidad lo es todo" (junto a un cupón vencido para clases de parkour), y eso la motivó.

 

Se puso unos tenis de humano talla 11 (porque eran los únicos que encontró abandonados en la orilla del camino) y salió a toda velocidad… o lo que ella pensaba que era velocidad: 0.7 km/h con viento a favor.

 

Pero ese día, el semáforo del bosque se había descompuesto. Estaba pasando por una crisis existencial, y en lugar de cambiar de rojo a verde, decidió ponerse azul con lunares amarillos, porque estaba experimentando su libertad emocional.

 

La tortuga llegó al cruce, miró el semáforo azul lunareado, se rascó la cabeza y dijo:

—Esto es claramente una señal para seguir adelante.

 

Y así lo hizo. Cruzó la calle como un cohete... a velocidad tortuga turbo, por supuesto.

 

Los demás animales se quedaron en shock. El armadillo se desmayó, el mapache grabó un TikTok y un pato filósofo murmuró:

—“La tortuga se ha rebelado. ¿Será este el inicio del caos o del cambio?”

 

Pero justo cuando la tortuga estaba a medio cruce, el semáforo volvió a la realidad y se puso en rojo pasión. Todos los carritos de escarabajos frenaron de golpe. La escena fue tan tensa que una ardilla gritó “¡ALGUIEN HAGA ALGO!” mientras nadie hacía nada.

 

Finalmente, la tortuga llegó a la otra acera, jadeando como si hubiera corrido un maratón en arena movediza. Levantó las patas, con los tenis talla 11 colgando como hamacas, y gritó con voz ronca pero triunfante:

“¡Soy libre, lenta, pero valiente! Y estos tenis me sacaron callo en lugares que no sabía que tenía.”

El bosque estalló en aplausos (lentos, pero sinceros). El mapache lanzó confeti hecho de recibos del Oxxo, el armadillo se despertó y volvió a desmayarse de la emoción, y el pato filósofo derramó una lágrima mientras murmuraba:
—“Esto es mejor que cualquier final de telenovela.”

Desde entonces, los animales le hicieron un mural glorioso con su imagen en pose heroica, rodeada de luces LED recicladas de una fiesta infantil. Y justo al centro, con letras brillantes hechas de chicle seco, la leyenda inmortal:

"Más vale cruzar con duda que quedarse con las ganas…
(y con los tenis grandes, aunque te queden como chalupas)"
.

Y justo debajo, en letras más pequeñas:
“Dedicado a todas las tortugas con espíritu de jet privado”.

🐢 Moraleja (inútil pero sabrosa):

Si un semáforo se pone raro, tómalo como señal del destino. O al menos, como excusa para hacer algo que normalmente no harías.

Y si eres tortuga, ¡usa casco! Nunca se sabe.

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