Paquita la del Barrio y el fan infiel.
Paquita la del Barrio siempre fue una mujer de carácter fuerte y lengua afilada. Su desprecio por los "rata de dos patas" era legendario, y sus conciertos eran un santuario para las mujeres despechadas que coreaban sus canciones con el alma en la garganta.
Una noche, en pleno concierto, Paquita estaba interpretando su clásico "Me estás oyendo, inútil" cuando vio a un hombre entre el público que cantaba con más sentimiento que cualquiera. Se agarraba el pecho, cerraba los ojos y hasta derramaba una lágrima.
Intrigada, Paquita hizo una pausa y le preguntó desde el escenario:
—A ver, inútil… digo, caballero, ¿quién le hizo tanto daño?
El hombre tomó el micrófono emocionado y respondió:
—¡Mi ex, doña Paquita! Me dejó por otro… ¡me pagó con la misma moneda!
Paquita lo miró de arriba abajo, suspiró y con su inigualable sarcasmo le dijo:
—¡Ay, pobrecito! ¿Y no será que antes tú hiciste lo mismo, mendigo descarado?
La audiencia estalló en carcajadas mientras el hombre se encogía de hombros con cara de culpable. Paquita, con su estilo inconfundible, levantó la ceja y remató:
—¡Pues si no aguantas la lumbre, no juegues con el fuego, inútil!
Y sin más, siguió cantando mientras el público vitoreaba.
Porque con Paquita, la justicia poética siempre llegaba en forma de canción… y de regaño.
No hay comentarios
Publicar un comentario