El día que casi vendo a mi abuelita
Desde niño, mi abuela siempre me advertía sobre los peligros de andar vendiendo cosas en la calle. "No confíes en desconocidos", decía, con esa mirada de sabiduría que solo las abuelitas tienen. Pero, siendo el nieto desobediente que soy, nunca le hice mucho caso… hasta que casi termino subastándola por error.
Todo comenzó cuando, en un arranque de emprendimiento mal planeado, decidí vender cosas viejas para juntar dinero y comprarme un videojuego. Encontré un baúl en la casa de mi abuela lleno de reliquias: un despertador oxidado, un teléfono de disco, una plancha que parecía de la Revolución… y un bastón de madera que, en mi ignorancia, asumí que nadie usaba.
Sin pensarlo mucho, subí todo a un grupo de ventas en Facebook con la descripción:
"Antigüedades en buen estado. Se aceptan ofertas. Preguntar sin compromiso."
No pasó ni media hora cuando recibí un mensaje privado:
—"Me interesa el bastón, ¿cuánto?"
Yo, emocionado por mi primera venta, respondí con entusiasmo:
—"Lo dejo en 200 pesos. Es viejo, pero todavía aguanta."
Minutos después, mi abuela entró a la sala con cara de pocos amigos.
—"Oye, mijo… ¿tú andas vendiendo mi bastón?"
Me congelé.
—"¿Tu bastón?"
—"Sí, el que usaba tu bisabuelo. ¿A poco crees que camino sin ayuda porque soy joven?"
Yo quería desaparecer. Intenté explicarle que todo era un malentendido, pero en ese momento llegó otro mensaje del comprador:
—"Va, paso por él. ¿Me da garantía?"
Ahí fue cuando mi abuela se soltó riendo. "¡Mínimo dile que no tiene devoluciones porque el dueño original ya está en el más allá!".
El regaño llegó después, pero primero nos reímos tanto que hasta mi abuela dijo que casi se le quitaba el dolor de rodilla. Eso sí, aprendí dos cosas importantes ese día: primero, nunca vender sin preguntar antes; segundo, mi abuela tenía un gran sentido del humor… pero también muy buena puntería con la chancla.
"Desde ese día, cada vez que mi abuela me ve cerca de su bastón, me lanza una mirada de advertencia… y yo mejor me aseguro de estar fuera del rango de la chancla."
Visita esta web a diario y leerás contenido nuevo para reír
a carcajadas. Coméntanos qué te pareció esta "Anécdota". No te
olvides de compartirnos tu idea para crear tu historia en nuestra web
No hay comentarios
Publicar un comentario